Moncloa confía a José Miguel Contreras explorar la fusión de Infolibre y elDiario.es para hacer frente a PRISA

Contreras ha militado en las dos almas del PSOE: en la felipista, como asesor de campaña de Felipe González en las elecciones del 93 donde trabó amistad con Rubalcaba a través de Barroso, y en la Nueva Vía de Zapatero, a quien conoció en el 2000 en una cena organizada por García Ferreras y Luis Fernández, amigo intimo de Barroso y otro nombre propio del zapaterismo mediático que acabará de presidente de RTVE.

«La ley audiovisual se hizo en el despacho de Contreras con Rubalcaba. Sí, Contreras iba a jugar al baloncesto con Zapatero a Moncloa«, recuerdan en laSexta.

Una vez instalado en la Moncloa tras ganar las elecciones de 2004, Zapatero nombra a Miguel Barroso Ayats secretario de Estado de Comunicación con plenos poderes para diseñar el nuevo mapa audiovisual que debilite a PRISA. La mano derecha de Barroso se llamó José Miguel Contreras. A ambos se le conocían como ‘Los Migueles’. Y les une su odio a PRISA.

El resto es conocido: la guerra entre Zapatero y Cebrián hizo correr ríos de sangre dejando heridas que no han aún cicatrizado.

Ahora Sánchez prepara una jugada similar. No olvida que fue PRISA quien le desbancó de la secretaría general del PSOE en 2016 como le dijo llorando a Jordi Évole.

«Ha habido determinados medios de comunicación que me han dicho que si hubiera entendimiento con Podemos ellos lo criticarían. El País ha sido uno de ellos. Una de las explicaciones por las que la línea editorial haya sido tan abusiva e incluso insultante en lo personal ha sido por que pudiera haber un entendimiento entre las dos izquierdas».

«Me reuní con los responsables de El País y me dijeron que o Rajoy o la línea editorial de El País no iba a ayudar para que hubiera un gobierno progresista liderado por el Partido Socialista», confesó Sánchez.

Sánchez no quiere saber nada de que El País le dicte ahora lo que tiene que hacer y hará lo que ya hizo Zapatero en su momento: mandar a Cabrián a hacer puñetas y formar un grupo mediático a su medida con periodistas afines a los que luego premiará con suculentos contratos en las televisiones autonómicas.

No tiene ningún interés de perder a Iglesias como aliado. Es su escudero, su perro de presa y le necesita más que nunca.